Caballo y fuego


Acordes de tu Sol sostenido.
Soy caballo, fuego soy,
Pegaso ausente morando en tus sueños,
cabalgando el cielo de tus pasiones.
Corcel de fuego, ardiente enamorado,
que penetra en tu cuerpo
y dulces humedales.
Oh, junco, suavemente, y otras veces
salvaje, ondeas, meces,
arrancas rugidos de su alma de onza
danzando al son del viento.
No soy manos, soy versos
escritos en la cumbre de tus senos
mordiendo el alma herida.
No soy beso en el aire,
sino vendaval vivo en tus entrañas,
labios enfebrecidos.
Soy lluvia abrasadora
el compás de tu cuerpo musicando,
dulce piano celeste,
vibrante acero dilatado y tenso.

Yo, estrella rutilante
lejana en tu universo incandescente.
Y tú, mientras me esperas,
oh, peine tembloroso,
en aquel rincón oscuro del sueño
desgranas, muriente, tu fruto rojo.

Retamar, enero de 2007


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4 respuestas to “Caballo y fuego”

  1. ¡Bravo! Qué mágico derroche. Apareamiento de poesía y deseo, inmejorable mezcla. Besos.

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  2. Versos llenos de un erotismo desbordante.
    Entrar en ellos es mezclarse inevitablemente.
    Besos desde mi valle…

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    • Gracias, querida Rosario. Me alegra que te sean tan impactantes.
      Besos desde mi bahía hasta tu valle.

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