Danza del seis


A J. N. B.
Seis,
de catorce a veinte, seis.

Seis siglos, seis mazas,
seis golpes de tiempo,
seis manchas de tinta
sobre tu virginal inocencia.

Seis, eran seis corceles negros
paciendo en tu campo de estrellas.

Seis brutos, seis,
en el coso de tu pureza adolescente,
sin capote, sin adarga.

Seis lunas que giraban
en torno a la peonza de tus sueños
bañando tus labios de infante
con plata de luz amarga.

Seis sierpes enroscadas
a la cintura de tu cuerpo,
seis bífidos alfanjes
mordiendo núbil manzana.

Seis águilas imperiales,
seis garras de acero,
seis arcos, seis ballestas,
seis pitones no embolados,
seis galaxias retorcidas.

Seis surcos convergentes
en el lucero de tu figura.
Seis radios deformados
en la fortuna de tu rueda.
Seis abismos, seis avernos,
seis luzbeles seductores.

Y entre seis cojines rosados,
algodón de feria estival,
soñando horizontes agudos
sangraste por tus seis heridas.

Retamar, noviembre de 2006


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